sábado, 31 de mayo de 2014

De mayor quiero ser como Isabel Preysler

El envejecimiento es un tema que preocupa a las mujeres porque nuestra sociedad nos niega el derecho a envejecer. Los referentes que nos muestran los medios son mujeres que luchan contra la edad que tienen. No se admiten las canas, ni las arrugas, ni el pecho caído. Debemos disimular, teñir, operar...(Puedes ver un vídeo sobre el trato que reciben las mujeres en televisión aquí)

Desde otro punto de vista. La vida es un camino para descubrir quién somos. Y esto solo se revela en la experimentación y en la acción. Este proceso lo hacemos todos con mayor o menor conciencia, lo único que necesitamos es tiempo de vida para aprender, para revelarnos y para ir alcanzando una mayor sabiduría.  

Todos estos aprendizajes vitales se reflejan en la luz de nuestras pupilas pero no son compatibles con la piel tersa, el pelo lacio y la talla 36 de una quinceañera. La paz interior, el auto-conocimiento, la maestría en un arte o en un oficio, son metas que requieren práctica. Son valores que pertenecen a lo invisible y que tienen poca cabida en esta sociedad visual y materialista.

La segunda mitad de la vida de la mujer, es la época de mayor plenitud en muchos aspectos. Somos mas libres y nos conocemos más una vez pasada la etapa reproductiva, esto se refleja en la sexualidad, en la vida social y en la relación con nosotras mismas (sabemos quién somos y que queremos).  
Una mujer sabia no está sólo pendiente de encajar en el canon de belleza, una foto no puede decirlo todo sobre ella. La mujer sabia se muestra, si quiere, desde dentro hacia afuera.

En lo que no hacen mucho énfasis las revistas, ni la tele de masas es en mujeres que han tenido éxito de verdad, mas allá de hacer el papel de objeto decorativo del brazo de un hombre, mujeres que han construido algo de verdad. Mujeres que han llegado a la vejez, revelando su tenacidad, sus capacidades, el desarrollo de sí mismas. Mujeres que saben que son más que su imagen, que saben lo que valen, las que están en su lugar. 

Sírvame de ejemplo la señora Marta Argerich, una mujer que no tiene nada que aparentar, aquí dejo un vídeo:


¿Y tú a quién quieres parecerte cuando seas vieja? Yo lo tengo claro.

Ahora estoy trabajando en un nuevo proyecto, una revista que apela a la inteligencia de la mujer y a su sentido de la belleza sin hacerla sentir que no es bastante tal y como es. Estáte atenta al lanzamiento el 21 de Junio!

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